Es una de las vitaminas menos conocidas, pero es de vital importancia para el buen estado de los huesos y la regeneración de los tejidos.
La vitamina K desempeña un papel muy importante en la coagulación sanguínea, en procesos metabólicos como la regulación del colesterol y en la salud cardiovascular en general.
DOS TIPOS:
K1: Se encuentra en los vegetales de hoja verde y se absorbe un 15%, expulsándose a través del hígado.
K2: Está en productos cárnicos y alimentos fermentados, permanece más tiempo en sangre.
La cantidad recomendada de vitamina k, son 90 mcg para mujeres y 120 mcg para hombres. Para que os hagáis una idea; 30g de hojas de espinaca contienen unos 140 mcg de vitamina K , las habas de soja fermentadas ofrecen hasta 1.000mcg de vitamina K en 100g.
Al igual que las vitaminas A, C y E, la vitamina K, realiza una acción antioxidante que evita la proliferación de los radicales libres. Se ha probado un efecto protector frente a la leucemia, el cáncer de hígado, de próstata y de colon.
Estudios recientes han concluido que además de la vitamina D, la vitamina K, también juega un papel importante a la hora de fijar el calcio y tener unos huesos más fuertes.
ALIMENTOS RICOS EN VITAMINA K:
Brócoli
Col Rizada
Col lombarda
Lechuga Romana
Remolacha
Perejil
Espinacas
Habas de Soja
Una opción muy saludable es hacer un batido de espinacas, mango, cacao y chips de coco.
¡fFeliz domingo!
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